jueves, 20 de octubre de 2011

Ana Mendieta, exiliada doble

Había visto antes algún trabajo de Ana Mendieta, pero no sabía mucho de su trayectoria vital, por no decir nada. En este caso, la idea tan trillada y popularmente aceptada de que una imagen ha de explicarse por si misma, sin ninguna ayuda o contextualización para mi pierde todo sentido. Aunque individualmente cada una de sus obras tiene un poder de sugestión y una fuerza increible, se enriquecen sobremanera cuando se observa su obra en conjunto y su evolución, cuando se conoce su trayectoria vital. Me parece subyugante el proceso de sintetización de la figura de la mujer, su obra desprende talento y coherencia, es fértil como la mujer y la tierra, como la naturaleza, con las que se quiso identificar, usando su propio cuerpo o la sintetización del mismo a modo de huella-evocación. Conociendo su vida, su exilio múltiple: de país, de familia, de clase, casi "de raza"... me figuro que expresarse mediante el arte debió ser para ella casi terapéutico, necesario. Ana Mendieta murió en circunstancias trágicas (disculpen el eufemismo) un 8 de Septiembre, día de la Caridad del Cobre,  Oshún, diosa exiliada (de Africa a Cuba) de la feminidad y la pasión sexual.

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