Inicialmente se dió una interpretación historicista que sólo valoraba la labor documental sobre elementos y estructuras industriales próximas a desaparecer, después se conectó su obra con la pintura metafísica de De Chirico, con el arte minimalista y el arte conceptual. Concluye que no se trata en absoluto de minimalismo, puesto que las fotos de Hilla y Bern poseen variedad de significados y una historia precisa. Y cuando surgió el arte conceptual, al cual podría asimilarse más claramente, dado el nexo funcional de sus series (depósitos de agua, graneros...) ellos ya tenían su teoría, si bien no se ocupan de pensar sobre el arte a través de su obra.
Sin embargo, sí hay una evolución en la concepción de su obra por los propios artistas, que pasan de denominarla "documentación" en sus primeras publicaciones a "esculturas anónimas", posibilitando la recuperación artística de un trabajo antes sin pretensiones estéticas. El artículo, tras reflexionar sobre si la fotografía es o no "documento", concluye que estos documentos fotográficos no explican ni interpretan los objetos, sino que muestran apariencias y pueden enseñar aspectos antes desconocidos en ellos.
Observando la obra de los Becher, para mi queda clara la labor de abstracción y construcción que constituyen sus series. No me importa que además, puedan ser documentos. De hecho yo creo que individualmente lo son. Y me parece afortunadísimo el término de "esculturas anónimas" porque aunque anónimas cada una tiene un diseño con un valor intrínseco independiente de su función. Pero los Becher, construyen mucho más que un catálogo de estas "esculturas anónimas", la conjunción de sus formas y apariencias provocan otra cosa, "pueden hacer visible lo invisible". Es un tipo de fotografía que se habla de tú con la mente humana.
Los Becher en Paris Photo
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