En Semana Santa, Sevilla ofrece un espectáculo visual a foráneos y vecinos. Comulgues con ella o no, posee una belleza dificil de negar. La música, las estampas, la cera, los caramelos, un rosario, una medalla y hoy en día hasta los móviles, contribuyen a distraer la espera. Yo no quiero sacar esplendorosos pasos, pretendo sólo captar ciertos detalles, a través del hilo conductor, que para mi han sido las manos de los protagonistas de las fotos. Todas están realizadas el mismo día, con el 50. También habría podido titular la entrada Viernes Santo, 50 milímetros.
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