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boy from a past star |
Leer, la buena literatura, es una de las cosas qué más me puede
gustar en el mundo. No es ninguna rareza, por otro lado, hay mucha gente
que le gusta leer, aunque me reconozco algo extremista en algunos
aspectos. Por ejemplo, en el plano sentimental, no creo que pudiese
establecer una relación duradera con alguien a quien no le gustase leer
de verdad. Y peco de snobismo a la hora de preferir la lectura en su
idioma original, así, además del nativo me lanzo a lecturas más o menos
difíciles en inglés, francés, italiano... Cuando leo en otras lenguas,
el género que más fácilmente ataco es la novela negra. Pero su lectura
me apasiona, no sólo porque el enganche de la trama facilita la
comprensión, ni porque sea un maravilloso pasatiempo, un reto
intelectual. Tampoco es el puro el placer literario. Hay gran literatura
en este género y grandes literatos han sabido reconocerlo, ahí tenemos,
por ejemplo a
Borges y su admiración por
Chesterton... Pero hay algo
más...
Creo que me gusta tanto la novela negra porque es una
de las maneras más eficaces que conozco de detener el tiempo. Pensemos
sólo en tantas páginas suspendidas sobre un solo momento, el del crimen o
el suceso que constituye el misterio y si acaso las horas, los días
previos... Cómo se reconstruyen y diseccionan minuciosamente los hechos,
las secuencias, los motivos... como se dilata, se alarga el tiempo. En
la resolución de un enigma que en el acontecer lineal de la vida dura
sólo un segundo, empleamos horas de lectura, cientos de páginas...
suspendidas en el tiempo. No es un pasatiempo, es un
cronopio.
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el ansia |