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| Diálogos a dos bandas |
El caluroso Julio en mi tierra es tiempo de Velás. Fiestas populares, muy populares, muy de barrio. Casetas, cacharritos (atracciones), farolillos, tómbolas, fritangas, la copla que vuelve como
la ola de
Rocío Jurado. Empieza el mes con la velá del Carmen de Calatrava en La Alameda y acaba con la más famosa,
la de Santa Ana de Triana, que algunos turistas confunden con la feria. La más modesta velá del Carmen de Calatrava me ha servido de entorno de pruebas ideal para el estreno de mi nuevo objetivo, un 35 mm, mi segunda incursión en el campo de las opticas fijas.
